Otoño (textos)

La Naturaleza

El ser humano y la naturaleza conforman una misma unidad. La sabiduría china se basa en la observación de la naturaleza, la reflexión y la experimentación. Cuando seguimos la misma pulsación de la naturaleza y entramos en el ciclo estacional fluimos en consonancia y armonía con todo, lo que nos aporta además de bienestar físico, una gran satisfacción. Según la medicina tradicional china, la no adaptación e integración a los cambios del entorno puede provocar la enfermedad.

Otoño es el momento de dejar ir. La naturaleza está constantemente mostrándonos el ciclo de la creación. Es momento de dejar ir lo viejo. La lección de esta temporada, más que cualquier otra, es liberar los residuos, lo viejo, y los aspectos inútiles de nuestras vidas con el fin de descubrir todo lo que es significativo y posible. La emoción para el otoño en la medicina tradicional china es la pena. Los sentimientos pueden ser aumentados por lo que uno puede ser un poco más sensible en este momento. El otoño es la cosecha – no sólo lo que está en nuestros jardines, sino también lo que está en nuestras vidas. Podemos cosechar nuevas ideas, nuevos comportamientos y nuevas resoluciones. Prestar atención a las características del elemento metálico nos ayudará a entender cómo mejorar la atención a nosotros mismos y nuestros seres queridos durante este tiempo.

En este momento del ciclo anual la energía se mueve en una dirección descendente, estabilizándose, recogiéndose y centrándose. Es un movimiento que permite realizar una transición suave desde la energía de expansión, dispersión y relajación del verano hacia la energía de máxima contracción y concentración del otoño. Esta energía o vibración que podemos notar a nivel externo se refleja también en nuestro cuerpo, sus ritmos y necesidades. Por eso es importante aprender a sentirla, para equilibrarnos con el medio en el que vivimos. Es justo ahora, en esta etapa de transición, cuando más efectivas serán las medidas que tomemos de cara a los meses fríos. Es una oportunidad única que nos ofrece la Naturaleza para hacernos fuertes ANTES de que lleguen las primeras “embestidas” serias del frío y la falta de luz. Es el momento de empezar a calentar, centrar, calmar y estabilizar nuestro cuerpo, dejando atrás la energía más rápida, superficial y expansiva del verano. La energía del otoño sigue la línea descendente iniciada con el verano tardío, pero más acentuada, entrando la Naturaleza en una fase muy clara de contracción, concentración y enfriamiento de la energía.

Nosotros notamos que todos esos cambios externos nos afectan física y psicológicamente. Si la transición del verano tardío ha sido correcta entraremos en esta fase renovados; veremos que, tras la relajación del verano, recuperamos el ritmo activo normal e incluso notaremos un impulso emprendedor, con nuevos planes y proyectos de cara al invierno. En cambio, si no hemos dado a nuestro cuerpo los alimentos y cuidados necesarios para adaptarlo a las nuevas condiciones puede que los cambios nos encuentren desprevenidos y nos desequilibren, tanto a nivel físico (fatiga, falta de energía, resfriados y molestias de tipo respiratorio, alergias…), como a nivel psicológico (melancolía, tristeza, apatía o depresión).

La Medicina Tradicional China

Otoño es para la Medicina Tradicional China un espacio de tiempo destinado a cuidar específicamente de un órgano en concreto, el pulmón. Para los antiguos médicos chinos, cuyos conocimientos se remontan a hace más de 5.000 años, cada estación del año da protagonismo a un órgano determinado, de los cinco que establece esta medicina. A su vez cada órgano trabaja en concordancia con una entraña o víscera a la que va asociada.

El pulmón, asociado al intestino grueso, es el encargado de gobernarnos durante estos meses otoñales en los que tenemos que prepararnos para los cambios de temperatura, las inclemencias climáticas y la adaptación a un estado más introspectivo y de interiorización. No resulta extraño que para la medicina china el estado de nuestro sistema inmunitario, de nuestras defensas y de nuestra capacidad de adaptación recaiga sobre el pulmón. De su bienestar y de su buen funcionamiento dependerá la formación y la circulación del llamado Wei Qi, o energía defensiva. Es ya bien sabido que en otoño es imprescindible aumentar las defensas de nuestro organismo para evitar patologías tan intrínsecas a la época como resfriados y catarros.

En medicina tradicional china a cada órgano se asocia un elemento, un sabor y una emoción, así como un aspecto anatómico, uno sensorial y una actividad mental o psíquica. Si alguno de estos tres aspectos falla o no está en óptimas condiciones nuestro estado de salud se verá afectado y caeremos irremediablemente en la enfermedad.

El elemento que se asocia con el pulmón es el metal, con el que se identifica el cambio y las reformas, la purificación, la interiorización y la retracción. No sorprende, por tanto, que con la llegada del otoño la gran mayoría emprenda o desee llevar a cabo nuevos propósitos y proyectos, que en muchas ocasiones no son sino el fruto, la recolecta, de un trabajo o planificación anterior. En ocasiones esta voluntad se atribuye al descanso veraniego; iniciamos “el curso escolar” con fuerzas renovadas, aunque no estemos precisamente en edad de frecuentar las aulas, pero en realidad es el pulmón en su estado puro quien nos da este tipo de energía a la vez que nos repliega sobre nosotros mismos haciendo que miremos mas hacia nuestro interior para cosechar lo que hemos sembrado hasta ahora. Puesto que el pulmón controla la energía Wei, o defensiva, activará de forma refleja todas las alarmas cuando nuestro organismo se vea amenazado por algún peligro. El intestino grueso es un ejemplo de dejar ir las toxinas. Los pulmones son un ejemplo de respirar, recibiendo el aire fresco, y exhalando, deshaciéndose del dióxido de carbono. El enfoque de traer y dejar ir nos mantiene sanos.

En la medicina china, el viento puede traer patógenos externos al cuerpo, pero también puede suscitar bloqueos internos y excesos emocionales. Las emociones están regulados en gran medida por los sistemas del hígado y de la vesícula biliar, por lo que no se debe olvidar apoyar a estos órganos en otoño. También la función del sistema digestivo a menudo puede ser deficiente en otoño, apareciendo problemas gastrointestinales en esta época del año, por eso en este momento hay que tener un especial cuidado y comer bien para prevenir posibles enfermedades futuras.

La sequedad es común en otoño y es probable que afecte la fase metal que en medicina china corresponde a los pulmones y al intestino grueso. Los labios secos son un signo de sequedad, como la piel seca, las arrugas, la sequedad de garganta, tos seca o estreñimiento. Aunque suele ser más pronunciada en otoño, la sequedad puede aparecer en cualquier época del año, dependiendo del tipo de cuerpo y la alimentación.

Para tratar la sequedad en otoño se puede probar algunos de los alimentos más humectantes, tales como: Tofu, leche de soja, espinacas, peras, manzanas, mijo, níspero, algas marinas, almendras, cacaos, semillas de sésamo. Si se tiene una tos áspera y seca, los pulmones tienen que ser enfriados con alimentos de carácter frío, como las manzanas y las peras cocidas, el apio y el alga nori .

Los Pulmones en medicina tradicional china están muy estrechamente relacionados con el sistema inmunológico, ya que están relacionados con el qi de protección (wei qi). Este qi protector es controlado por los Pulmones y producido por el sistema digestivo (Bazo) y el fuego de los riñones. El wei qi circula alrededor de la piel, la nariz y la boca, y es la defensa del organismo frente a los ataques externos de virus y gérmenes. En MTC estos ataques externos están a menudo dirigidos por el viento .

En la medicina tradicional china se establecen relaciones entre el plano físico, emocional y espiritual. Y es la emoción de la tristeza la que se aloja en los pulmones. Si se reprime esta emoción de pena, se queda en el cuerpo y con el tiempo hace que los pulmones se contraigan, lo que significa que los pulmones no pueden extraer suficiente qi del aire o distribuir ese qi por todo el cuerpo. Esto obstruye los pulmones y el wei qi, y nuestra capacidad de defendernos se ve comprometida. La respiración profunda, la meditación, el ejercicio, y ciertos alimentos picantes pueden ayudar a aliviar esta pena al equilibrar el qi del pulmón.

Los chinos de la antigüedad conceptualizaron la realidad en su pensamiento y asociaron el otoño con la tristeza y la melancolía, es la estación de la energía en declive, aquello que fue pero que ahora ya no es. La energía de la naturaleza empieza a decrecer y se consume en consonancia a nuestra energía interior. Pero todo lo que acontece en la vida muestra un patrón de ida y vuelta, de expansión y contracción y los periodos de declive se alternan con los de bonanza. Este aprendizaje es el que ha infundido a la población china paciencia y perseverancia en contextos difíciles y prudencia y modestia en escenarios de prosperidad.

En otoño es ideal practicar ejercicios qigong que armonizan la dinámica energética contractiva del metal: tensar el arco, estirar las dorsales, el pájaro vuela, el ganso salvaje alza las alas, entre muchos otros…

La alimentación

Es importante empezar a eliminar los alimentos más típicamente estivales como frutas y verduras crudas, zumos, bebidas frías y ensaladas, que son depurativos y producen un efecto de apertura y enfriamiento del cuerpo, pasando a platos más consistentes, nutritivos y templados, que nos centren, refuercen y estabilicen. Así conseguiremos crear el centro y la fuerza necesarios para afrontar los meses fríos. Hay que aprovechar los primeros descensos de temperatura para empezar a tomar sabrosas sopas, guisos, estofados y en general platos más calientes y ricos en nutrientes.

Es el momento de las calabazas, batatas, almendras, castañas, miel… alimentos que tradicionalmente se preparaban asados, obteniendo así todo su dulzor natural. Estos alimentos representan muy bien la energía del verano tardío, pues otorgan fuerza y calor, pero sin contraer o tensar demasiado el cuerpo, ya que su dulzor produce un efecto de bienestar y satisfacción muy relajante. Además, son alimentos de colores amarillo-anaranjados, las tonalidades que equilibran el estómago, bazo y páncreas, los órganos que la Medicina Tradicional China asocia al verano tardío. Estos órganos se tonifican y equilibran con el sabor dulce natural de las verduras redondas como calabazas, coles, coliflor, brócoli, remolacha, cebolla o coles de Bruselas, y con el de las legumbres y cereales integrales como el mijo, arroz, avena o quinoa.

Si seguimos comiendo como en pleno verano, lo más probable es que aparezcan los resfriados típicos del otoño. El frío interno que crea la alimentación de verano en nuestro cuerpo se suma al frío ambiental, dando como resultado un exceso que debe ser regulado y eliminado en forma de resfriados, diarreas, fatiga, desánimo…

Necesitamos remineralizar, reforzar, calentar y contraer ligeramente el cuerpo, reponiendo las reservas de nutrientes (básicamente, minerales y grasas) que hemos perdido durante el verano, preparando así nuestro organismo para que pueda conservar el calor y la energía en los días fríos. Ya habíamos empezado a reducir el consumo de frutas crudas y ensaladas y a introducir alimentos más consistentes y cocinados. Ahora esta tendencia se acentúa con predominio de platos más calientes y alimentos más concentrados. En esta fase, junto a las calabazas y boniatos del verano tardío, aparecen ya verduras como el brócoli, coliflor, col, coles de Bruselas, nabos… verduras frondosas y consistentes, que dan lugar a guisos y estofados muy satisfactorios, ideales para el otoño. Los colores blanco y verde y la energía más concentrada de estas verduras limpian y refuerzan los pulmones y el intestino grueso, órganos que en Medicina Tradicional China se asocian al otoño. El sabor picante, que podemos encontrar en algunas raíces como los rábanos, en verduras como cebollas, cebolletas, puerros y en condimentos como el jengibre, ajo o mostaza, tonifican estos órganos, ayudando a fluidificar y expulsar las mucosidades que a veces se acumulan en ellos. El arroz integral y legumbres de color blanco como el judión y las alubias blancas son también ideales para tonificar la energía de pulmones e intestinos. Asegúrese de comer alimentos ricos en fibra. Buenas opciones para otoño incluyen:

Calabaza de invierno, Manzana, papas, sopas hechas con verduras, piña, pera, limón, calabaza, coliflor, pomelo, miel, jengibre, ajo.

Los alimentos de otoño deben humedecer y limpiar los pulmones, deshacerse del viento y apoyar el sistema digestivo. Comience con alimentos que humedecen los pulmones, tales como peras y manzanas, pero recuerde que las personas con humedad deben limitar la ingesta de frutas. Manzanas y peras contienen una gran cantidad de agua, por lo que son muy buenos para deshacerse del fuego en el corazón y el estómago que pueden sobrar del verano. Use alimentos picantes y hierbas para estimular y despejar los pulmones.

El sistema digestivo puede ser fácilmente deficiente en otoño, por lo que debe evitar el consumo excesivo de bebidas y frutas de verano frías, como los melones, a fin de nutrir el bazo. Coma verduras verdes para ayudar a la digestión. Alimentos ácidos y dulces para el otoño incluyen azukis, manzanas, uvas y aceitunas. Estos apoyan el Bazo fomentando al mismo tiempo la energía hacia abajo. Asimismo, para armonizar la digestión, tomar mijo, castañas, arroz integral y zanahorias.

Los alimentos calientes estimulan el movimiento y protegen el hígado y todo el cuerpo contra los síntomas de viento. Por otro lado, la comida fría ralentiza el proceso digestivo y fomenta el viento.

En otoño, debe haber un número menor de ensaladas y deberíamos tomar más sopas. Crema de calabazas, sopa de arroz, te. Las sopas son buenas en otoño por varias razones, al aumentar el tiempo de cocción los ingredientes son más fáciles de digerir, y el medio acuoso nutre el yin. También es importante agregar fermentos.

El otoño es un buen momento para cocer al vapor, que apoya yin. Cocine a bajas temperaturas durante períodos largos de tiempo. Alimento, como guisos y sopas espesas acumulan reservas de energía para los meses más fríos. La sal ayuda a humedecer la sequedad y envía la energía hacia abajo, así que es conveniente utilizar pequeñas cantidades de sal en la cocina de otoño.

Cuando el cuerpo está deteriorado o cuando las manos y los pies están fríos, la col china mejora la circulación antes del frío del invierno. Si se siente frío en el torso, hay que agregar jengibre y ajo a cualquier comida con la col china.

El otoño también es la temporada para conseguir nueces frescas. Las nueces cocidas o asadas son más fáciles de digerir, especialmente en los meses más fríos. Recuerde que las nueces son una fuente de alimento muy concentrado, por lo que pueden generar fácilmente humedad. Son muy buenas para las personas débiles y delgadas, sin embargo, si se tiene sobrepeso o tiene signos de calor ( la lengua y la cara roja), no hay que comer muchas.

Sintesis de alimentación en otoño:

-Semillas oleaginosas: semillas de calabaza, sésamo, pipas de girasol, almendras, castañas, nueces, avellanas.
-Cereales: arroz, cebada, avena.
-Vegetales: brócoli, col rizada, cebolla, ajo, hinojo, nabo, patata pequeña…
-Legumbres: soja amarilla, lentejas, garbanzos, porotos rojos.
-Pescado: tanto blanco como azul.
-Algas marinas.
-Huevos: a ser posibles biológicos y escaldados.
-Carnes magras: pollo, ternera, pavo.
-Frutas de otoño: en cantidad moderada, pera, manzana, uva negra, higos, limón.
-Plantas aromáticas: tomillo, romero, salvia, jengibre fresco, comino, pulmonaria, tilo

La práctica de Qi Gong

A través de los ejercicios de Qi Gong movilizamos el qi o energía vital para hacer un potente trabajo interior de limpieza. Aprendemos a conocernos mejor, fortalecemos el cuerpo, flexibilizamos nuestra musculatura, limpiamos de toxinas nuestro organismo y activamos el qi por los meridianos hasta cada una de las células de nuestro cuerpo.  Los ejercicios, en general, favorecen la digestión y nos ayudan a adelgazar. Además están específicamente pensados para aliviar el estrés, la ansiedad y la preocupación. La práctica del Qi Gong permite aumentar nuestro caudal de energía, nos enraíza en la tierra y nos conecta con nuestro espíritu, shen, dotándonos de paz, armonía y claridad mental. El trabajo del movimiento y la respiración nos ayuda a mejorar nuestra capacidad de coordinación.

El otoño es un momento especial para prepararnos y fortalecer la energia de la tierra o sea el bazo, con ejercicios de qigong. Aprovechamos los primeros descensos de calor para tomar bebidas un poco mas calientes, como te chai., gengibre, clavo de olor, canela, sopas energeticas.
La caracteristica del bazo, es obsesion y la procupacion. La energia del bazo en armonia permite que tengamos una buena digestion y que luego nuestros pulmones funcionen bien. Tambien regulará nuestros musculos y una exelente energia. Cuando el bazo no funciona bien, vienen los problemas mentales, la depresion y la obsesión.

El Yang y el Qi del Bazo calientan, trasportan y trasforman las sustancias esenciales de bebidas y alimentos, ayudando al estómago a descomponer los alimentos, el Qi del Bazo se encarga de enviar la sustancia esencial y controlar la sangre. El Yang y el Qi del Bazo también calientan y nutren los músculos y las cuatro extremidades,
Algunos de los ejercicios que practicamos en qi gong son:
– mover las manos como si fueran nubes, es un ejercicio muy conocido de chikung, tranquiliza la mente, baja la tension arterial que tambien es un transtorno del mal funcionamiento del bazo, actua dispersando la energia del bazo.
– Otro ejercicio es empujar el cielo y la tierra, este armoniza la energia ascendente y descendente, ayuda a tener una buena digestion y cuando sentimos el estomago cargado ese estiramiento es muy estimulante.